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Despedida y cierre

26 Dic

Comenzamos este blog hablando del DNI electrónico y dijimos que era una forma de relacionar la identidad real con la identidad virtual.

Una semana más tarde hablamos de la privacidad, refiriéndonos a la salvaguarda de nuestra identidad en Internet y de aquello que no queremos mostrar a los demás.

La tercera entrada la dedicamos a la educación en igualdad y quisimos destacar que no hay límite de edad para esto, además de recomendar algunos recursos temáticos en la red.

Tras esto quisimos centrar nuestra atención en Internet, y hablar desde una perspectiva distinta: cómo Internet puede ser un salvavidas para el colectivo LGTB.

Del futuro de las identidades nos ocupamos inmediatamente después, preguntándonos si en no mucho tiempo será posible que confundamos nuestra identidad virtual y nuestra identidad real.

También quisimos comentar el caso de Norrie May-Welby, la primera persona declarada oficialmente de género neutro.

La séptima entrada estuvo dedicada a un genial programa de radio, «Las somos todas«, un programa conducido íntegramente por mujeres que abordaba la actualidad desde una perspectiva libre y feminista.

La última semana de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, homenajeamos a las víctimas de la denominada «violencia de género» y nos sumamos a las reivindicaciones de la sociedad para terminar con esta barbaridad.

Siete días más tarde volvimos a tratar temas de privacidad e identidad en la red en relación con las redes sociales y su función de diario vital.

Tras esto estuvimos hablando nuevamente de las redes sociales, pero desde un punto de vista más dramático: las redes sociales como nuevo escenario de la violencia de género.

Y finalmente la semana pasada os quisimos dar a conocer un peculiar diccionario igualitario, recordando que a veces las cuestiones semánticas pueden contribuir a cambiar mentalidades.

Llegamos pues al día de hoy, nuestra entrada número 12, la última. Termina el cuatrimestre y termina este trabajo de redacción de un blog. Os agradecemos que nos hayáis acompañado durante estas semanas y esperamos haberos dado a conocer un poquito más sobre el género y la identidad en la red. Ojala que algún día, no muy lejano, blogs como este no encuentren contenido que mostrar porque hayan desaparecido los problemas relacionados con este tema, especialmente la violencia que tantas vidas se lleva por delante a lo largo del año.

Quiero terminar con una canción, una idea: que tú puedes cambiar el mundo. Sí, tú puedes hacerlo cada día mejor. Puedes llegar a casa, puedes preguntarte si durante ese día has hecho algo que te haga sentir orgulloso y puedes, siempre, hacer algo para que la respuesta sea «sí».

Un estudio de risa

26 Dic

En mi última entrada he querido tratar un tema algo menos reivindicativo. Se trata de un estudio de la Universidad de Navarra –del que se hace eco el diario 20 minutos– que afirma, entre otras cosas, que los hombres se ríen más de los chistes absurdos mientras que las chicas prefieren que haya algo gracioso a lo que agarrarse.

Dejando de un lado lo mucho que el titular discrimina a lo absurdo, (¡lo absurdo es gracioso porque es absurdo!), centrémonos en los resultados del estudio, que  me  han parecido curiosos e interesantes.

Al parecer, las mujeres emplean más áreas cerebrales que los hombres cuando algo les hace gracia. La profesora López Moratalla compara el proceso cerebral de lo humorístico que tienen ellas y el de ellos con un mapa de Metro -es una de esas metáforas científicas, tan didácticas, tan de profesor guay- señalando que, aunque los hombres y mujeres lleguen al mismo destino (la risa), habiendo salido del mismo punto (lo gracioso), las mujeres pasan por más paradas. E incluso puede que hagan trasbordo en Ángel Guimerá  (esto último es mío).

Con respecto a lo que se dice del absurdo, parece que a los hombres nos basta con que algo sea ilógico para que nos resulte gracioso y que las mujeres requieren que, además de ilógico, posea alguna característica cómica.

El estudio concluye que reír es sano. Las personas que combaten el estrés mediante la risa poseen un sistema inmunitario sano, padecen un 40% menos de infartos de miocardio o apoplejías, sufren menos dolores en los tratamientos dentales y viven cuatro años y medio más.

Así que, a modo de despedida en este blog, os dejo con una escena cómica (y absurda) de una de mis comedias favoritas: “Sopa de ganso”.