Si hace unos años me hubieran dicho que podría dar un paseo fotografiado por medio mundo me habría parecido ciencia ficción. Hoy, gracias a la tecnología de Google Street View, es posible.
Muchos nos hemos divertido buscando nuestra casa y diciendo: “Mira, mi casa”. Y luego buscando la casa de nuestro amigo y diciendo: “Mira, tu casa”. ET lo pasaría bomba. Pero, si nos paramos a pensar, el hecho de fotografiar las calles y a sus gentes puede –y en efecto lo hace- acarrear problemas y complicaciones.
En la web de El País me he encontrado con esta noticia que ha supuesto mi punto de partida en la indagación del tema. El titular es atrayente: “El sospechoso caso de un hombre desnudo en un maletero”. Al parecer, gracias a la tecnología Google Street View, de Alemania podemos ver no sólo la arquitectura de la Catedral de Colonia, la imponente fachada de la Alte Nationalgalerie o el monumento a Bismarck en Berlín. En Alemania también podemos ver a este señor desnudo en un maletero.
Desgraciadamente, la foto ha sido ya eliminada
Tras investigar un poco, he podido comprobar que la lista de excentricidades no acaba aquí, ni mucho menos.
En esta fotografía vemos a una mujer de parto en plena calle.
Aquí a un grupo de traficantes del Brooklyn, ya detenidos, que fueron retratados varias veces en plena actividad.
El gobierno de Brasil, indignado, consiguió que Google Street View eliminara las fotografías de dos cadáveres en sus calles.
Esta niña que yace sobre el asfalto no es un cadáver sino una graciosilla. Al ver el coche que se encarga de fotografiar las calles, la niña lo identificó y se hizo la muerta.
Y esto es un señor haciendo pipí.
Más allá de las anécdotas, Google Street View es una herramienta polémica que cuestiona los límites de la privacidad. La poderosa web da muchas facilidades para que las personas que se vean afectadas puedan eliminar su imagen si así lo reclaman. La pregunta es: ¿qué pasa con aquellas personas que se ven afectadas y no lo saben?
Grupos como el de “Privacy International” se quejan de que «las imágenes se han captado sin el permiso de la gente para un uso comercial, lo que no es aceptable desde el punto de vista legal». Puede que todo esto no suponga ningún peligro real, o puede que sea un paso más hacia el Gran Hermano que propuso George Orwell (no confundir con el de Mercedes Milá) en su novela 1984. En todo caso, yo, si veo una cámara del Street View, algo haré seguro.
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